jueves, 21 de junio de 2012

Día del Maestro

MAESTRO DEL RAMÍREZ BARINAGA
Gracias por siempre


¿Quién no recuerda a su primer maestro? La mayoría guarda con mucho cariño el recuerdo de esa persona que nos enseñó a leer y escribir, a pintar, jugar o aprender. En muchos casos era un maestro de profesión, en otros puede que se haya sido algún amigo mayor o quizá nuestro papá o mamá, según las zonas de nuestro país.

En todos estos casos se trata del maestro, aquella persona que nos ha enseñado alguna vez algo en la vida. El maestro está comprometido con el servicio eterno de la sabiduría, por eso debe actualizarse constantemente y seguir capacitándose para enseñar mejor. Que el 6 de julio sea una fecha para honrar a aquellos buenos profesores, comprometidos con su país y con los que menos saben. ¿Y por qué el 6 de julio como fecha central?

La fecha remonta desde la época de la Independencia, don José de San Martín fundó la primera Escuela Normal de Varones el 6 de julio de 1822. Recordemos en antes sólo los hombres tenían derecho a recibir instrucción.

El primer sistema de educación instalado en el Perú fue el lancasteriano, y la persona encargada de desarrollarlo fue el escocés Diego Thomson, quien también fue el primer director de la Escuela Normal de Varones. De acuerdo a este sistema, los alumnos más avanzados se convertían en monitores y contribuían a la mejor formación de sus condiscípulos.

Casi siglo y medio después el presidente Manuel A. Odría instauró el 6 de julio el Día del Maestro para conmemorar este hito histórico en la educación de nuestro país.

Hemos tenido maestros y maestros, lamentablemente no todos poseen aquella vocación que los hace inmortales porque siempre llegan a nuestra mente, aquellas palabras sabías que a pesar de los años transcurridos son muy valoradas por nosotros el día de hoy. Algunos ya cesantes y en sus cuarteles de invierno, otros al lado de Dios, todos siempre recordados.

Pon el nombre de tus profesores más queridos en la sección "comentarios" Feliz Día a todos ellos...

martes, 5 de junio de 2012

Cómo se formó el Colegio

ALGO DE LA HISTORIA DE NUESTRA ALMA MATER
Hablar del Maristas San Juan es retroceder en el tiempo hasta finales de los años sesenta. San Juan de Miraflores era en aquel entonces un joven distrito que albergaba a una población de clase media baja, entre obreros y empleados civiles y militares, algunos provenientes del interior del país y que deseaban soltar raíces en la capital.

Existían pocos colegios en la urbanización San Juan. Las escuelas públicas como la N° 679 y el Mixto San Juan fue la elección para unos y colegios particulares como el José María Eguren y el Renovación eran la otra alternativa -tan solo por citar algunos ejemplos- Es aquí que nace la inicitiava de los HERMANOS MARISTAS que ya tenían más de 60 años en formar hombres nuevos en territorio peruano. Toman la desición de crear dos colegios más El Champagnat en Chosica y el Ramírez Barinaga en San Juan.

Cuando los Hermanos Maristas liderados por el Hno. Provincial Antonio Castagnetti visitaron al Ing. Luis Vier, que era alto funcionario - en ese entonces- de la Junta Nacional de Vivienda - lo qaue después se llamó EMADI- para solicitarle el otorgamiento de un gran terreno para la construcción de un colegio en una zona periférica de Lima, pensaron que el otorgamiento demandaría mucho tiempo, dada la solicitud y lo burocrático que siempre han sido los trámites administrativos y resoluciones a otorgar.

Los Maristas anhelaban un terreno en el Cono Norte - por ejemplo en Comas- que a finales de la década de los sesenta había crecido sorpresivamente y en proporciones geométricas.

Era 1967 -en los últimos meses del gobierno del Arq. Fernando Belaunde Terry, nadie conocía de que existiría un Golpe militar hasta después- es aquí que motivados por la urgencia de construir un buen colegio accesible a las posibilidades económicas de la inquieta juventud, solicitan el terreno para Comas y alrededores. Nunca imaginaron que años después, el futuro estaba al otro extremo de la ciudad, en el joven distrito de San Juan de Miraflores. Se les aconseja a los Maristas la posibilidad que el terreno sea en el Cono Sur, en las Pampas de San Juan. Todos querían terrenos, la Junta de propietarios, empresas inmobiliarias y traficantes de terrenos, pugnaban por "alguito" en la repartición de "la torta".

En los debates de la Junta se discutía las zonificaciones sobre donde iba a ir la Plaza de Armas, el Centro Cívico, viviendas y demás había mucha indesición. El terreno que se iba a ceder a los Hermanos Maristas en un principio iba ser dado para la construcción de la Plaza de Armas y Centro comunal, pero al ver insinuaciones sobre futuras invasiones o programas de vivienda, dieron por resuelto otorgar a la Congregación Marista ese amplio terreno por ser una entidad seria y sin fines de lucro y que de seguro sacaría mayor provecho del lugar.

Pasaron algunas semanas, el Hermanio Antonio y el Hermano Jorge Denegri pidieron cita con el ingeniero Vier para conocer el resultado de su solicitud. Felizmente para ellos -y para nosotros- la respuesta fue afirmativa y la donación de 71,000 m2 de terreno eriazo fue efectiva en el Distrito de San Juan de Miraflores para la construcción de un colegio. Hubo dudas sobre su ubicación , los Hermanos Maristas creían que el terreno iba a estar en las faldas de los cerros de Pamplona, en el lugar denominado Ciudad de Dios, pero al final se otorgó el terreno en la ubicación actual. Ahora empieza otra empresa, otro reto que la larga significaría el proyecto mas ambicioso en materia de educación durante la década de los setenta.

Había un desafío en ganar la confianza de la población para que matriculen a sus hijos. Es aquí que la buena relación que se tenía con el Párroco de la Capilla Corpus Christi -que pocos años atrás se había construído- fue el eje para la difusión de la existencia de los Hermanos Maristas en San Juan. Esta misión que recayó en el Padre Raimundo Revoredo fue muy dificil ya que se exhortaba a la gente a matricular a sus hijos cuando en realidad no existía todavía ningún colegio construído. Inclusive el salón parroquial iba a ser el lugar de las inscripciones y matrículas. Entonces, era urgente la construcción inmediata del colegio, existían fondos de la Congregación para este fin pero en su etapa inicial.

El Hermano Director Jorge Denegri dirigía la construcción del primer pabellón prefabricado provisional -que hasta el día de hoy funciona como sala de profesores y es una "reliquia del colegio"- se levantaba en ese lugar cuatro aulas de madera y eternit. Aquí también funcionaba un lugar de atención al público y para los padres de familia, que fue más adelante donde funcionaría la dirección por muchos años. La construcción del colegio comenzó a realizarse el 19 de marzo de 1968. Paralelamente se efectuaban los procedimientos administrativos y es el 25 de marzo por Resolución Ministerial N° 0747 se creaba oficialmente el colegio autorizándo solo para educación primaria y hasta el tercero de secundaria.

En menos de un mes se da comienzo al año escolae 1968 y el 4 de abril se comenzó a trabajar con los primeros 90 alumnos varones matriculados, ya que como saben la Congregación Maristas solo impartía educación a varones en aquellos tiempos. Comienzan su labor desinterazada el Hno. Jorge a la cabeza, secundado por los Hnos. Rafael Herrera, Pablo Duque -muy conocido amigo nuestro-, Vinicio Serrano y Antonio Burneo. Años después se construyeron los demás pabellones con la ayuda de la recién formada Asociación de Padres de Familia, por donaciones de otros colegios maristas en dinero y mobiliario. No tenía límites ni pared o tapia que limitara el territorio del colegio y a veces entraban alumnos de otros colegios y gente de mal vivir a indisponer a estudiantes y profesores. Es por eso que después se procede a construir el referido cerco.


La obra había comenzado, no debía reducirse a la simple instrucción, ni llevar tan solo el mensaje religioso y de fe. Un país como el nuestro en que las necesidades son muchas y la juventud es un tanto olvidada debía consolidarse un camino de desarrollo social y formación de liderazgo e iniciativa que siempre recibimos de parte de nuestros profesores y que a pesar del tiempo transcurrido, nos hace orgullosos de sentirnos exalumnos del Marista San Juan....

sábado, 2 de junio de 2012

San Marcelino Champagnat: Hombre y obra por siempre

Se celebra el Día de Champagnat, un 6 de junio de 1840 ya que a la edad de 51 años  fallece nuestro patrono y es la fecha que toda la familia marista del mundo escoge como central para rendir un merecido homenaje al hombre y a su obra. Al inscribir en el libro de los Santos de la Iglesia universal el nombre de Marcelino Champagnat, el Papa Juan Pablo II lo propuso como modelo para imitación de todos los católicos. Pero de San Marcelino son muchas las cosas que podemos imitar.

Nosotros, como exalumnos, debemos estar comprometidos por su labor formadora que fue trasmitida cuando cursábamos las aulas. Aquellos principios son lo que quedan a pesar de los años, y que en cada miembro de una u otra manera lo sabemos aplicar en nuestras vidas. Marcelino fundó el Instituto de los Hermanos Maristas para educar cristianamente a los niños y jóvenes, en especial a los más desatendidos. Y es aquí que todavía nuestra misión no está completa, existe mucho por hacer como grupo organizado y es nuestro deber seguir con su obra desde nuestro lugar en la sociedad. El Instituto de los Hermanos Maristas está presente en 74 países y cada uno tiene su propia experiencia de lo que es ser educador al estilo Champagnat.

Cada país donde estamos presentes tiene su propia historia marista y como familia universal tenemos una historia y una tradición. Esto es una bendición y aunque los hermanos maristas actualmente no sean muchos debido a las vocaciones en bajada, el legado dejado permenece intacto entre los laicos comprometidos haciendo más fuerte este sentimiento. Nuestra Asociación de Exalumnos, por intermedio de este medio informativo, se une al homenaje de un hombre que encontró en los niños y en su educación, la razón para vivir. Lleno de espíritu conciliador de nuestra Madre María inspiró su gesta que hasta ahora sigue haciendo obra. Cuando cursábamos el colegio ya era beato, hora después de ser elevado a los altares por Juan Pablo II, le agradecemos al "hermano mayor" su trabajo y dedicación mientras vivió e imitemos su fortaleza y perseverancia que el tiempo se ha encargado de valorar.